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Ser padre te hace mejor jefe: 7 claves por las que la paternidad y el trabajo tienen mucho que ver
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Toti Díaz

Toti Díaz

Qué tendrá que ver ser padre con ser un buen jefe y líder?», te preguntarás. Te sorprenderá saber que bastante, debido a que, aunque no lo parezca, hay muchas similitudes entre los hijos y los compañeros de trabajo (salvando la edad, esperemos). Te contamos cómo aplicar la paternidad a tu espacio de trabajo para ser un modelo a seguir en todos los ámbitos de tu vida.

Ser un buen líder no es algo que se aprenda plenamente en los libros. Muchas de las habilidades y aptitudes que han desarrollarse para gestionar con eficiencia equipos y proyectos derivan de la realidad en la que el gestor se desenvuelve, y de la que va obteniendo lecciones que aplicará a su desempeño profesional. No es de extrañar que la paternidad sea una fuente importante de aprendizaje y que, por tanto, ser padre te haga mejor jefe, porque ¿qué labor puede ser mas complicada, incierta y retadora que la de criar a un hijo?

Brad Smith, CEO de Intuit, compartió en un artículo publicado por LinkedIn tres cosas que había aprendido de su experiencia como padre y que le habían servido definitivamente para liderar equipos de una forma mejor. Para él es esencial comprender que la mejor manera de liderar es con el ejemplo.

“Para bien o para mal, nuestros hijos aprenden de lo que hacemos, y no necesariamente de lo que decimos. La misma dinámica ha demostrado ser cierta en el liderazgo. Nuestros equipos prestarán más atención a lo que hacemos que a lo que decimos. A esto se le conoce como una ‘relación de decir y hacer’ – ellos miran para saber si nuestras palabras y nuestras acciones coinciden – las preguntas que hacemos, en qué empleamos nuestro tiempo, hacia dónde asignamos nuestros recursos y los valores que exhibimos en nuestra práctica diaria”, explica el presidente.

Otro aspecto básico para él es el haber aprendido a no ser sobreprotector y dejar que los empleados, al igual que de si hijos se trataran, aprendan de sus errores. La última lección que saca de su experiencia es el aceptar que los miembros de todo equipo crecen y terminan yéndose. En tal caso, solo hay que aceptarlo y agradecer su aportación al proyecto.

Veamos a continuación 7 cualidades del buen ejercicio de la paternidad que puede aplicarse al mundo laboral o, dicho en otras palabras, cómo ser padre te hace un mejor jefe:

1. Delegar y repartir funciones

Cuando eres padre, comprendes rápido que no puedes llevar a cabo la crianza de tu hijo por ti mismo, sino que es un trabajo en equipo en el que intervienen desde el otro progenitor, a profesores, cuidadoras, y todas esas manos por las que pasan tus hijos. Ya dentro mismo de la pareja se realiza un reparto de roles a la hora de criar un hijo que se asemeja a la forma en que los miembros de un equipo se reparten las funciones. Así como elegir y confiar a tu vástago al cuidado de terceras personas es como dejar un gran proyecto en manos de gente de tu confianza, y tener por seguro que todo puede salir adelante.

2. La omnipresencia

Un buen líder confía en que su gente hará su parte y que en caso de que algo les sobrepase sabrán pedir ayuda. Estar siempre presente no es lo mismo que estar continuamente encima. Eso es algo que se aprende cuando se es padre y debes gestionar en qué casos debes estar guiando a tu hijo de la mano y en qué otros debes dejarlo andar por su propio pie, pero estar ahí en caso de que te necesite.

3. Cuestión disciplinaria

Igual que a un hijo hay que someterlo a la disciplina en su desarrollo para que adopte ciertos valores, en el ámbito laboral también hay que establecer límites y normas, así como un esquema autoritario, pero con flexibilidad. Saber exigir el cumplimiento de las normas y no mandar mensajes contradictorios en caso de que se incumplan es una de las tareas más ingratas, pero necesarias, tanto del liderazgo como de la paternidad.

4. “No soy tu amigo, soy tu padre”

¿Qué padre no ha tenido que decir alguna vez esa frase? La cuestión es que cuando asumes el rol de padre aprendes que tu tarea es en ocasiones ingrata y que no puedes caer bien todo el tiempo. Así mismo, un jefe debe asumir que no puede ser colega porque su autoridad se vería amenazada.

5. Refuerzo positivo

Los empleados, igual que los niños, necesitan que no solo se les señalen los errores, sino que se les ponga de relieve los logros y aquello que hacen bien. De esa forma se terminarán esforzando por seguir en esa línea de eficiencia y ganarse así la aprobación de la figura autoritaria.

6. Ante todo el respeto

Una vez más, saber hilvanar una relación de respeto mutuo es básico tanto en el trato con los niños como con los miembros del equipo. Explicar aquello que no se está haciendo correctamente con calma y desde una perspectiva constructiva es la mejor manera de exponer los errores y conseguir una respuesta optima y positiva. Los gritos solo son la semilla de una futura relación plagada de resentimientos y faltas de respeto.

7. Y aun así todo se puede torcer

No hay un manual de paternidad, y aunque pongas todo tu empeño en hacer las cosas correctamente, lo cierto es que “lo correcto” es un concepto relativo. Así que hay que estar preparado para que las cosas no salgan como esperabas y tengas que cambiar tu postura o reformular tu plan de actuación.

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