Recientemente se conocieron dos hechos muy sensibles a nuestro sentir, como lo fueron los femicidios ocurridos en Villa Ocampo y Villa Guillermina.
Se cobraron la vida de dos mujeres que podrían haber sido evitables si no fuera por negligencias de la policía y la justicia.
Dos jóvenes vulnerables, jóvenes inocentes, jóvenes que no tienen la posibilidad de poder defenderse, han caído en las garras de delincuentes y asesinos.

Evidentemente hay elementos, hay instrumentos para evitar esto que no lo están aplicando, como pasó, por ejemplo, en la localidad de Villa Ocampo con la joven de apellido Debárbora. En este caso había denuncias y perimetrales que nadie las controla,y terminó en una muerte. Lo mismo pasó en la localidad de Villa Guillermina, donde incluso había una orden de detención, 24 horas antes, y no pudo evitarse que se consuma el más triste y vergonzoso de los desenlaces, que es la muerte de otra joven, de las tantas que hay en el norte santafesino.

Después de haber ocurrido todo esto, la sociedad se pregunta ¿porqué no evitar estas tragedias?Pues parece ser que es un mal endémico que tenemos en nuestro norte santafesino. Vaya uno a saber qué genealogía tendrá esto, cultural, qué sé yo, no tengo ni idea. De orden económico, machismo,pero es lastimoso y vergonzoso lo que nos pasa como sociedad frente a esto, y una justicia que, evidentemente la estaban mirando de soslayo.