Desafío Empresarial Global

La felicidad como requisito para ser mejor líder
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Toti Díaz

Toti Díaz

Aunque no se dé cuenta, un jefe puede contagiar sus emociones a su equipo de trabajo.

Desafío empresarial: te señalan que un líder debe ser consciente de que el contagio de emociones existe. Si tiene una mala actitud, esto se verá reflejado en el desempeño de la compañía. Por el contrario, si muestra disposición, estará más cerca del éxito.

La inteligencia emocional juega un papel importante en las operaciones de una empresa. Un líder con un estado emocional sano es aquel que acepta, siente, maneja y utiliza correctamente sus emociones, trasmitiendo actitudes positivas al equipo de trabajo. En consecuencia, existe alto rendimiento.

“Un equipo de alto rendimiento es rentable, mantiene satisfechos a sus clientes y demuestra una alta evolución.”

Existen cuatro tipos de líderes: el pasivo-constructivo, el activo-constructivo, el activo-destructivo y el pasivo-destructivo.

El mejor es el activo-constructivo. Su actitud siempre es de apertura frente a su equipo, hace comentarios entusiastas y crea un ambiente de confianza y seguridad. Además, trabaja y coopera en conjunto con sus colaboradores.

Por otro lado, el peor líder es el activo-destructivo: siempre minimiza las propuestas, señala lo negativo de estas y no muestra interés. Esto provoca que el ambiente que genera entre sus subordinados sea de incertidumbre, miedo, desconfianza e inseguridad.

“Un líder que no sea emocionalmente establemente causa incertidumbre entre los seguidores, ya que estos suelen ser sorprendidos por las reacciones del jefe.”

Muchas veces, los líderes son tóxicos sin siquiera darse cuenta, a través de su lenguaje corporal o estar distraído. Otros factores son utilizar el sarcasmo, bloquear las ideas compartidas por su equipo, estancarse en un problema o repartir culpas.

Cuando un líder no cumple con las características positivas que requiere el puesto, la consecución de los objetivos se puede ver afectada, pues el equipo se siente desmotivado.

Ser un líder efectivo implica también enfrentar y superar desafíos, aprender de los fracasos y adaptarse a las circunstancias cambiantes.

También es necesario cultivar otras habilidades de liderazgo, como la comunicación efectiva, la toma de decisiones sólidas y la capacidad de inspirar y motivar a los demás.

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