Desde hace días, las localidades de Garabato, Los Amores y otras comunidades del norte santafesino enfrentan una grave crisis por la falta de agua potable.
El acueducto con planta en Villa Ana no está abasteciendo lo suficiente, alegando roturas y problemas en su infraestructura. Este panorama es reflejo de una realidad histórica: un norte postergado por políticas que no priorizan las necesidades básicas de sus habitantes.
Mientras se construyen obras sobrevaluadas y muchas veces innecesarias en otros puntos, las comunidades del norte deben conformarse con soluciones temporales y parches que no resuelven problemas estructurales. Hoy, en pleno verano y con altas temperaturas, el derecho al agua, fundamental para la vida, sigue siendo una deuda pendiente para quienes habitan esta región olvidada.
Las comunas, con recursos limitados, distribuyen agua en tanques para paliar la emergencia, mientras esperan respuestas de ASSA (Aguas Santafesinas S.A.), responsable del acueducto. Se requiere con urgencia que las autoridades provinciales atiendan esta crisis y comprendan que los pueblos del norte también merecen obras duraderas, inversión real y un trato digno.
Es hora de que el norte deje de ser un territorio relegado y se convierta en prioridad para quienes deben garantizar el bienestar de su gente.