No sé si lo han escuchado alguna vez, pero desde Desafío Empresarial les contamos un dato interesante:
“Según los expertos en aeronáutica, el abejorro no puede volar, por su peso, forma y el tamaño de sus alas. Pero eso el abejorro no lo sabe, y por eso, sigue volando”.
A eso, se le llama el mito del abejorro. Y realmente complicó a la ciencia durante todo el siglo XX. ¿Puede realmente volar? ¿Qué pasa con ese pobre abejorro? ¿Cómo aplicar esto a nuestra vida cotidiana? La «verdad verdadera», está a medio camino entre la ciencia, la imaginación, y la realidad.
¿Qué significa que no puede volar?
Es evidente que el abejorro vuela, pero, ¿será cierto que “no debería volar” según las leyes de la aerodinámica?
Según los cálculos hechos por expertos en aeronáutica:
Si nos imaginamos un avioncito tan chico como una abeja, moviéndose a «velocidad de abeja», las alas no podrían “empujar” hacia arriba el peso del bichito. Así que, como no se puede elevar, menos puede volar.
Ciertamente era un poco humillante que con todo el avance científico, un insecto cotidiano, como una abeja o una mosca, desafiara el poder de la física y las matemáticas modernas.
¿Qué podemos aprender de esto?
Este mito es uno de esos casos donde efectivamente hay un sustento empírico para el mensaje de fondo: no importa lo que digan los expertos, uno debe hacer lo que sabe hacer, y ser quien es, sin darle tanta importancia a las opiniones adversas o los rechazos. El abejorro «no sabe» (obviamente su autoconsciencia es mínima) de que es imperfecto para volar y eso lo lleva a ir más allá de sus límites aparentes, demostrando que si es posible elevarse en el aire.
Ciertamente y con absoluta certeza te proponemos desde Desafío Empresarial que aprendas a… Soltar, Confiar y Volar!!!
Que nada ni nadie te robe los sueños, porque le mundo está en las manos de quienes tienen el coraje de hacerlos realidad