«El riesgo de hiperinflación afortunadamente es bajo», sostuvo Daniel Artana en su paso por la sede de la Cámara de Comercio Exterior del Norte Santafesino, en Reconquista, previo a su disertación en el Auditorio Municipal de la ciudad de Avellaneda, anunciada bajo el signo de interrogación: «¿Hay riesgo de estanflación o de hiperinflación?».
«No se ve ese fenómeno», remarcó en cuanto a las condiciones de una hiperinflación. Antes de la charla ya dijo que le cambió el nombre, por el de «Frazada corta», que es la que tiene el gobierno, que cree que completará lo que le resta de gestión con inflación alta, este año, «arriba del 80%».
Sostuvo que «no hay un desborde de importaciones», pasa que «todo el mundo trata de pagar todo lo que puede al dólar oficial y postergar todo lo que pueda liquidar dólares oficiales».
Explicó que ahora hasta los turistas que ingresan al país cambian sus dólares en el mercado informal. Para tener idea del impacto, refirió que antes liquidaban unos 200 millones de dólares al mes.
Opinó que el gobierno puede apretar aún más, controlando las importaciones, pero «el 90% de lo que Argentina importa son bienes de capital o insumos para la producción», y si raciona eso, afectará la actividad económica.
Sostuvo que «Argentina tiene la mejor relación entre precios de importación y de exportación de los últimos 40 años», y lo normal es que fuera caro en dólares, por los dólares que sobran del comercio exterior, por las exportaciones; pero eso no ocurre porque a través del control de cambio, «el gobierno hace que sea un deporte nacional sacarle dólares baratos al Banco Central».
Consideró que si el gobierno controlaría el déficit fiscal y la emisión monetaria, tendría un mercado cambiario «normal».
Aclaró que «ningún gobierno paga la deuda. La clave es tener acceso a la renegociación»; y el problema de esta gestión es que «no accede al mercado porque nadie le confía». Solamente colocan bonos porque tienen atrapado un montón de gente en un corralón «y no les queda más que comprar bonos del Estado».
«Somos campeones en inflación, defaut y confiscación de depósitos. Es un Estado manoteador», sentenció.
Cree que el próximo gobierno tendrá que hacer «un monumental ajuste fiscal por el lado del gasto público, porque los impuestos son extravagantes en Argentina». La falta de ese ajuste, hoy se paga con inflación.
Recordó que «el mercado del político es el voto», de manera que un gobierno haría el ajuste necesario solo si observa que los ciudadanos están dispuestos al sacrificio.
Explicó que sostener los privilegios impositivos de Tierra del Fuego cuesta al Estado 2.000 millones de dólares al año en términos fiscales; y que eso lo pagamos cuando compramos más caro lo que allí se produce (celulares, lavarropas, TV, etc). Y con el ahorro que logran los empresarios de la isla, bancan campañas políticas. No pagan impuesto a las ganancias, ni IVA, ni impuestos internos, pero nos cobran a los consumidores.
Caso Vicentín
Sobre el futuro de Vicentín saic, opinó que si el Estado se mete, «va a ser tremendamente costoso para los argentinos». Considera que debe «dejar que se arreglen entre privados».
Sus declaraciones fueron en la tarde del jueves 23 de junio de 2022, y ReconquistaHOY transmitió en vivo-directo.
Artana estuvo rodeado por el empresario Marcelo Alal; y por Pablo Laferrere, del Banco ICBC, que esponsoreó la visita.