Se puede decir que en Reconquista el tiempo corre de forma distinta que en el resto del mundo, especialmente cuando hablamos de la realidad política. Una semana puede condensar hechos que en otras latitudes llevarían años en desarrollarse, y la acumulación de semanas genera la sensación de que el tiempo transcurrido es muchísimo mayor del que es en realidad.
Estamos en la mitad exacta del año. Y, sin embargo, la cantidad de cosas vividas en los últimos seis meses generan la sensación de que el tiempo que pasó es mucho, mucho, más. En ese estado de desconcierto temporal la opinión pública nos hace ver aspectos críticos, sobre los cuales debemos reflexionar. ¿En cuánto tiempo puede pasarse de ser una de las figuras mejor evaluadas a ser apenas una figura casi efímera?

En el caso de Natalia Capparelli, esa respuesta es: en los últimos meses ,la otrora brillante figura outsider comienza a descender con notable imagen negativa. Esto es crucial para Juntos por el Cambio, sobre todo para el radicalismo del Ateneo Illia y hace pensar en un cambio de planes de cara al 2023.

El mentor ideológico del radicalismo local, el tosquense, Federico Pezz, intenta ahora plasmar en realidad una firme candidatura a la senaduría provincial para Capparelli, ¿encaminándose a una interna con su archi enemigo político  «Chacho» Marcón en el Departamento Obligado?
«Todavía hay tiempo para cambiar las piezas» señaló un conocido radical de Reconquista, a quien también tienta la posibilidad de la concejal con un lugar en la senaduría provincial.

¿Porqué la baja performance luego de ser la más votada?, pues porque no habría logrado los objetivos en su plan opositor eligiendo el camino de la grieta por la grieta misma, diferenciándose de otro aspirante a la intendencia como lo es el PRO con Roald Báscolo que hoy, como el mejor jugador de truco, orejea las cartas.

Capparelli y su grupo político prometió muchísimo en su pasar por algunos barrios en campaña y, a promesas incumplidas, el votante encasilla esas actitudes en el lugar que encaja la mentira.
En los entredichos que tuvo con la oposición y sus propios aliados en el Concejo, tal vez buscando alcanzar una victimización como ya lo hizo en otras ocasiones, fue un golpe muy duro ya que sólo su amigo del Ateneo. Hugo Firmán la apoyó, el resto le dio la espalda. Fue cuando se enfrentó con la justicialista Constanza Arzamendia. y ésto en política tiene un costo y es la pérdida de credibilidad. algo que la sociedad está mirando permanentemente.

¿Puede ésto significar que Capparelli aspire a una senaduría y Báscolo a la intendencia?, ¿Y por qué no?, la política es el arte de la posible y son posibilidades que se barajan con una mirada a 2023.