Dos aspectos importantes destaco de la semana que pasó: el debate en el Concejo Municipal ante una denuncia no comprobada por una concejala de Juntos por el Cambio y la otra es la decisión de continuar la obra de la cocina centralizada hasta su finalización.

CAMPAÑA EN MARCHA

 Cuando días atrás escribí en redes sociales y califiqué de «acting» y victimización de la concejal Natalia Capparelli no me equivoqué refiriéndome a la denuncia sobre «apriete» y otras expresiones que dijo haber recibido la edil de Juntos por el Cambio en reunión de Comisión.

Nada de eso ocurrió ya que el jueves, en sesión pública todos los concejales, excepto Firmán, dijeron no haber escuchado lo denunciado por Capparelli.

Evidentemente no fue más que un invento y una absurda mentira. La concejal Nanci Sartor propuso que se elimine esa parte del acta, rechazando las acusaciones de Capparelli, diciendo que son «imaginativas, no condicen con la realidad, no tienen fundamento y sustento, y ofende a una concejal que mencionó específicamente».

Coco Báscolo (Juntos por el Cambio) aclaró que él no escuchó ninguna «agresión», pero se negó a que se elimine del acta lo que denunció Capparelli en la sesión anterior. Walter Kreni se asoció a la posición de Báscolo, de no eliminar la constancia del acta, y también aclaró que tampoco él escuchó la supuesta agresión: «Yo tampoco escuché eso y me gustaría dejarlo asentado», remarcó.

Fedra Buseghín también se expresó en contra de borrar del acta lo que había denunciado Capparelli.  Constanza Arzamendia, quien pidió además que conste en acta el testimonio de cada concejal, que cada uno diga si escuchó o no lo que denunció Capparelli. Y así ocurrió.

Si Capparelli creyó que iba a salir indemne de la falsa denuncia que hizo, se equivocó y a las pruebas hay que remitirse si tenemos en cuenta la manera de expresarse que tuvieron todos los ediles, menos Firmán. En síntesis, no caben dudas que lo expresado por la concejala no fue más que un artilugio de campaña con miras al 2023 donde parece haber elegido el «vale todo» a «costa de todo», aún de desprestigiar al adversario.

COCINA CENTRALIZADA

Un segundo aspecto destacado es la decisión política del gobierno provincial de finalizar la obra del nuevo edificio de la cocina centralizada, que la comenzó el gobierno anterior y que ahora será la administración de Omar Perotti quien la termine.

El establecimiento, emplazado sobre calle 48 entre calle Pietropaolo y Primera Junta, tiene como fin proveer las raciones alimenticias a 33 instituciones escolares de la ciudad de Reconquista, lo que comprende la elaboración de 5500 raciones diarias; contando con una planta de 20 personas.

Sobre una superficie de intervención de 1368 m², el alcance de los trabajos incluye trabajos preliminares, construcción de cerco perimetral, albañilería, cubiertas, pisos, instalaciones de gas, sanitaria, eléctrica, termomecánica, contraincendios, carpinterías, herrerías, pinturas, equipamientos, parquización, señalética, entre otras obras.

Toti Díaz