El complejo Henry Ford se inauguró el 21 de septiembre de 1961. En ese entonces, desembolsó u$s 70 millones, el mayor monto en una fábrica fuera de los Estados Unidos. Ahora, renueva la instalación para producir la nueva Ranger en 2023. Del Falcon a la Ranger, qué otros modelos fabricó

El 21 de septiembre de 1961, en General Pacheco, localidad por entonces mayoritariamente rural, ubicada 38 kilómetros al norte de la ciudad de Buenos Aires, Ford inauguraba su nueva planta en la Argentina, una inversión de u$s 70 millones en ese entonces, el mayor desembolso que el óvalo hizo hasta el momomento en una fábrica fuera de los Estados Unidos.

Este martes, la instalación -conocida como «Complejo Henry Ford» o, simplemente, «Planta Pacheco»- celebra sus 60 años ejecutando su proyecto más ambicioso en el país de esas seis décadas: u$s 580 millones para producir, a partir de 2023, la nueva generación de su pick-up Ranger. 

Una tarea que implica no sólo el montaje de una plataforma o línea de producción. Ford está haciendo Pacheco, prácticamente, a nuevo. Aunque los ejecutivos de la empresa no lo reconocen abiertamente, con este producto, la filial pondrá primera en la próxima era de vehículos que planteó la casa matriz, un camino con un norte claro: la electrificación.

«Este aniversario llega en un momento único para Ford Argentina, atravesando una transformación sin precedentes para continuar con la fabricación de produtos globales de próxima generación para sus consumidores en la región, con alto contenido nacional e incorporando lo último en innovación y tecnología», se lee en el comunicado del acontecimiento.

«Planta Pacheco será fuente de abastecimiento de la nueva Ranger para los clientes del óvalo en América latina, mercados a los que actualmente destina el 70% de su producción», agrega.

Ford tiene 107 años de presencia en la Argentina. Su primera planta estuvo en La Boca. Pero, a fines de los ’50, sus planes de expansión exigían una capacidad productiva mayor. «Así, el 21 de septiembre de 1961 a 38 kilómetros del centro de Buenos Aires, en un paisaje rural donde hasta ese momento el trazado de la autopista Panamericana solo existía en los tableros de dibujo de los ingenieros, se inauguraba oficialmente el centro industrial de Ford en Pacheco, una inmensa fábrica de motores y vehículos que rápidamente se convertiría en fuente de producción para la Argentina y América latina», reseña la compañía. Fue la piedra fundamental de la conversión de Pacheco en uno de los principales polos industriales del país.

En Pacheco, Ford arrancó con la producción del motor V8, del que, para 1962, alcanzó 10.000 unidades de fabricación. La planta dio el salto en 1963. Ese año, inició el montaje del Falcon, clásico nacional que tuvo más de tres décadas de vigencia. A ese modelo, se sumaron la F-100 (primer exponente de su «raza fuerte» de pick-ups) y otros modelos históricos: Fairlane, Taunus, Sierra, Escort y, más recientemente, el Focus. Por supuesto, también la Ranger, de la que, en 2020, alcanzó las 900.000 unidades de producción (empezó en 1996).

Hoy día, en más de 100 hectáreas, el complejo alberga plantas de motores, estampado, carrocería, pintura y montaje. Además, hay un depósito de repuestos y accesorios, una pista de pruebas de 700 metros de largo y las oficinas administrativas de la empresa. Del 40% de sus espacios verdes, 625 metros cuadrados correspondena su bosque nativo, un refugio con 120 ejemplares de especies originarias. Y la escuela Henry Ford, fundada en 1965 y de la que egresaron más de 1800 técnicos electromécanicos. Hoy tiene 210 alumnos.

La inversión en la nueva Ranger implica la mayor transformación que la planta atravesó en sus 60 años. Incorpora procesos y tecnologías de clase mundial, que la llevarán hacia la Manufactura 4.0, lo que la hará una de las fábricas de vehículos más modernas y competitivas de la región. Esto involucra la participación de grupos interdisciplinarios globales y locales, el sindicato y toda la cadena de valor, ya que contempla desde la localización de autopartes y la organización estratégica de equipos y procesos, pasando por la obra civil e instalación de maquinarias, hasta las fases de lanzamiento, para poder producir la nueva plataforma.

La primera etapa del plan se ejecutó a inicios de 2021. Implicó la paralización 100% de la producción durante cinco semanas entre marzo y abril. Se intervino el sector de estampado, donde se hizo trabajo de base para instalar una nueva línea de prensas de alta velocidad. Se removió suelo y se subieron techos. En carrocería, se incorporaron nuevas celdas automáticas con tecnología de punta y se están instalando 338 robots de soldadura y manipuleo, proceso que se completará a mediados de 2022.

Asimismo, en la planta de montaje se instaló una línea completamente nueva para el proceso de dress-up de motores y se realizaron los trabajos necesarios para la futura línea de chasis, la cual permitirá mayor flexibilidad para la fabricación de la nueva generación de la pick-up. La inversión, a su vez, contempla nueva infraestructura como techos y pisos. En esta fase, también se renovaron por completo los equipos de aire comprimido, instalando nuevos compresores de avanzada para asegurar mayor eficiencia en los procesos de manufactura y se incorporaron en más de 60.000 m2 de sus instalaciones tecnología LED de última generación con sistemas de control automático que, además de brindar niveles óptimos de luminosidad de acuerdo con diferentes indicadores del entorno, ayudan a contribuir con la sustentabilidad de la planta productiva.

Esta transformación industrial es acompañada de una transformación cultural y digital, cuyo objetivo es cultivar un ecosistema emprendedor en cada área del negocio y acompañar, así, la modernización de las operaciones, incorporando tecnologías con el propósito de convertir a Planta Pacheco en un centro industrial hiperconectado y ágil, funcional al Big Data.