Se trata de Federico Pez que hoy ostenta un cargo provincial otorgado por la gestión Pullaro. El candidato durante largo tiempo fue asesor de la cámara legislativa acumulando años en la función pública a lo que se suma haber sido el principal promotor de la campaña de la candidata a intendente de la ciudad de Reconquista, Natalia Capparelli que fue derrotada por el justicialista Enri Vallejos
Dentro de las alternativas electorales que se advierten en la ciudad norteña, la figurita estelar y financiada con chapa de ñoqui y fondos municipales y la altanería desvergonzada de Federico Pez, se vislumbra bajo la persistente resistencia social. Federico Pez – ex legislador provincial – jamás ganó en su ciudad y pocas esperanzas se inflaman en esta particular alternativa electoral, muy a pesar del marketing, fondos públicos y luces melancólicas.
Federico Gustavo Pezz, ex legislador provincial, ex hijo de un líder político y ex ñoqui; perdón, a eso nunca renunció, se perfila como el Gran Candidato Gran del oficialismo tosquence. Alguna vez y entre rara mezcla en defensa de estimulados “valores” defendió las banderas alfonsinistas, cuando no, las de Ilia. Brillando bajo la luz de un opaco y nostálgico farol asistidos por un melancólico recuerdo de viejos buenos tiempos, buscará desesperadamente su continuidad al frente del palacio municipal de la ciudad tosquense. Poco se espera y se aspira a las concreciones pretendidas de Pez – jamás ganó en Las Toscas – por lo que, de él, supongo se vaticina, tenga la cintura para negociar una transición ordenada garantizando, cuanto menos, que la podredumbre que esconde la alfombra cubra los “secretos mejores guardados” de una gestión que tiene años de yapas y real tiempo de descuento.
Leandro Chamorro, un lúcido dirigente del radicalismo, que tuvo mejores momentos e indiscutible liderazgo, hoy consumido por una extensa gestión – 16 años – deja la posta de su extenso mandato a un Federico Pez – Firi -, el mismo señor que se ganó su triste fama, por sus prácticas de vivillos, vividor y zángano a cuyo estado provincial le debe su bienestar, propiedades, lujos y tiempos de radical holgazanería. Pez, con cargos o sin él, pervivió 30 años cobrando jugosos sueldos de las generosas cajas provinciales, ininterrumpidamente. Pez, claramente, le cupo y desde tiempo, el mote de Ñoqui Mayor en y del norte provincial. Su apetito voraz por los dineros públicos es proverbialmente insaciable.
Resulta casi una broma, sino fuera verdaderamente ofensivo a la tradición partidaria de la ciudad de Las Toscas que habiendo votados a verdaderos lideres políticos, hoy en su nombre, deba votar por un hijo promiscuo de la UCR que utilizo su apellido y sello partidario para solo hacerse de poder y bienestar, conforme la ciudadanía de Las Toscas deba hacerse cargo de un irresponsable y vividor alquilado evitando disimular que el cargo monárquico al que aspira tendrá su corona menos dignas y más vergonzosa de la democracia y su historia reciente.
Aunque Pez hoy luzca cubierto de luces oficialista y se financie con dineros públicos discrecionales, la historia política de Las Toscas, será quien hará justicia como, tantas veces ya se expresó, ante alternativas que pretendieron engañar y usar a la voluntad popular.